I. El "Camino de Santiago" no es un maratón ni una pista donde se pone a prueba la resistencia física. Es un banco de pruebas para tu humildad y una lección realista de tus posibilidades humanas y espirituales.
II. El auténtico Camino es el que cada uno va haciendo por dentro. Ese puede hacer que te encuentres a ti mismo y transformes toda tu vida.
III. Es necesario entender que EL TIEMPO ES UN DON. Se nos da para saber medir los minutos por una velocidad de 5 Km/h...
IV. Optimismo y alegría, sinceridad y sencillez, capacidad de sacrificio y de contemplación, apertura a los demás y delicadeza, solidaridad y limpieza: son cualidades de una auténtico peregrino jacobeo.
V. El equipaje más importante es tu actitud de búsqueda...
VI. Inicia el viaje sin ningún tipo de prejuicios. Ni hacia tus hermanos de otras naciones, ni hacia las sencillas gentes de los pueblos, ni hacia las raíces religiosas. ante todo sé humilde y libre. No olvides que en cualquier recodo del Camino te puedes encontrar con Dios...en realidad, Él es tu compañero de camino...
VII. Un peregrino que no tiene la capacidad de admirar y leer en los acontecimientos más sencillos, no puede percibir el fondo sorprendente y bello de las cosas.
VIII. Abre bien los ojos a la belleza del paisaje y del arte, a quien te ofrece hospitalidad y gratitud. La mirada a las estrellas con un sano humanismo hace gentes del Camino y almas de Dios.
IX. Durante la peregrinación, no te encierres en ti mismo. Haz de tu caminar un encuentro constante. sal de ti y comunícate. Expresa tu experiencia, defiende con fidelidad y respeto tus certezas y vivencias, superando toda fortaleza.
X. Respeta la naturaleza. Puede enseñarte y mucho. Tú formas parte de ella y estás llamado a ser altavoz que canta sublimidad de la Creación y de su Creador.
XI. A veces, una canción por el Camino dará fortaleza a tus pies cansados. En otras ocasiones, el silencio será el mejor canto para repensar tu vida en profundidad. Que, "por el silencio, el corazón respira".
XII. Habla con letrados y campesinos con humildad y respeto. Respeta la historia de los viejos tiempos. Aprende de tod@s.
XIII. Si alguien te hace daño o no te acoge, sonriele en silencio. Sentirse rechazado o abandonado duele, pero en ocasiones puede ofrecerte una cura de benéfica humildad. Así habrás experimentado en carne propia lo que muchas veces hacemos con los "pobres".
XIV. Al llegar a Compostela, abraza en el Apostol la fe de Santiago, el íntimo Señor. Reza suplicándole y dándole gracias. Algún gozoso compromiso habrá que forjar. algo te dirá tu conciencia...
Ultreia et Suseia.
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